Las confesiones de Max Tivoli

‘Las confesiones de Max Tivoli’ empieza de un modo insólito: el nacimiento, en 1871, de un niño, Max, que tiene el aspecto de una añosa y moribunda criatura -como un pequeño anciano de 70 años-. Aunque crece de un modo normal, su edad aparente parece ir en sentido inverso y su físico rejuvenece con el paso del tiempo. El conflicto entre estos dos sentidos antagónicos, el de su cuerpo y el de su mente, provoca que el protagonista se vea siempre fuera de su tiempo y alejado de las personas a las que quiere.

Con el retrato de cada una de las épocas en las que transcurre la novela, desde el ocaso del siglo XIX hasta la primera mitad del XX, Andrew Sean Greer abre interrogantes sobre la evolución de las convenciones, los prejuicios sociales y el decaimiento de la memoria. Max quiere el amor, pero está condenado a perderlo o a no conseguirlo.

‘Las confesiones de Max Tivoli’ es más que el relato de un hombre anacrónico, más que una historia de amor contra las fronteras impuestas por la naturaleza y más que el reflejo de unas normas que constriñen los sentimientos; es una de las novelas más novedosas y brillantes de los últimos años. Un artefacto literario que aúna de modo espectacular crítica, imaginación y narración y que habrá de servir de referente para narradores posteriores.